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Leyendas

Riglos desde el mirador de los buitres

Cirila es el nombre de una cueva de los Mallos de Riglos, la Cueva Cirila. Dicen que Cirila era una bruja que creció y creció gracias a sus poderes. Vamos, que era una giganta, y que habitaba en esta cueva. Lo cierto es que siendo bruja y además giganta, lo tenia fácil para amedrentar a cualquiera que se propusiera. Pero nadie recuerda que hiciese mal, ni a personas ni a animal alguno.

Cirila era una bruja buena. Si asustaba, era por su enorme estatura. Y es que a las brujas a veces se les va la mano con los condimentos y brebajes que preparan..

Dicen que Cirila quería ser como los Mallos de grande, pero se le fue la mano, y creció desmesuradamente. Tanto, que los sobrepasó, y solo los podía utilizar para sentarse.

Allí pasó sus días, hilando unas hebras de una fibra desconocida para nosotros, con la que hacía hobillos que luego lanzaba por el aire y que ahora forman parte del Universo. Dicen que para hilar estas hebras, se mojaba la punta de los dedos en las aguas cristalinas del río Gállego..

Algunas tardes, después de esconderse el Sol, si miráis hacia Peñarrueba, podéis ver algunas hebras que se lleva el viento.

De Cirila, hace muchos, pero que muchos años y siglos, que no se sabe nada, pero seguro que volverá algún día, pues todavía está o fuso allí donde lo dejó. Clavado en el mallo Pisón.